martes, marzo 27, 2012

No se me importa un pito que las mujeres...






No se me importa un pito que las mujeres
tengan los senos como magnolias o como pasas de higo;
un cutis de durazno o de papel de lija.
Le doy una importancia igual a cero,
al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco
o con un aliento insecticida.
Soy perfectamente capaz de sorportarles
una nariz que sacaría el primer premio
en una exposición de zanahorias;
¡pero eso sí! -y en esto soy irreductible- no les perdono,
bajo ningún pretexto, que no sepan volar.
Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme!
Ésta fue -y no otra- la razón de que me enamorase,
tan locamente, de María Luisa.
¿Qué me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos?
¿Qué me importaban sus extremidades de palmípedo
y sus miradas de pronóstico reservado?
¡María Luisa era una verdadera pluma!
Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina,
volaba del comedor a la despensa.
Volando me preparaba el baño, la camisa.
Volando realizaba sus compras, sus quehaceres...
¡Con qué impaciencia yo esperaba que volviese, volando,
de algún paseo por los alrededores!
Allí lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado.
"¡María Luisa! ¡María Luisa!"... y a los pocos segundos,
ya me abrazaba con sus piernas de pluma,
para llevarme, volando, a cualquier parte.
Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia
que nos aproximaba al paraíso;
durante horas enteras nos anidábamos en una nube,
como dos ángeles, y de repente,
en tirabuzón, en hoja muerta,
el aterrizaje forzoso de un espasmo.
¡Qué delicia la de tener una mujer tan ligera...,
aunque nos haga ver, de vez en cuando, las estrellas!
¡Que voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes...
la de pasarse las noches de un solo vuelo!
Después de conocer una mujer etérea,
¿puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre?
¿Verdad que no hay diferencia sustancial
entre vivir con una vaca o con una mujer
que tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo?
Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender
la seducción de una mujer pedestre,
y por más empeño que ponga en concebirlo,
no me es posible ni tan siquiera imaginar
que pueda hacerse el amor más que volando.










Olivero Giocondo.

miércoles, marzo 21, 2012

Farsantes!


"Yo soy loco hace rato", "yo soy muy loca de la cabeza"

en realidad un loco esta consiente de su demencia?

porque tan locuaces al reclamar el trono de de la ausencia de cordura?

se jactan llenos por sus actos aleatoreos mundanos y ya lo llaman proeza

insipida cordura, eso es lo que tienen que valorar , porque de nada sirve mutar sus actos

sin alterar la idea.

viernes, marzo 02, 2012

Confórmate mujer

Distráeme con algo, bufó.
Él sonrió diciendo: qué quieres ver?
Ella de mirada distraída dijo: no importa que... 
Él dice: entonces no importa el como... 
sólo mira el cielo aunque en está parte del cielo no hayan auroras boreales
te puedes sorprender con algún meteorito quemándose en fuego verde.
Después de 10 minutos de mirar al cielo responde: es mentira?
Él a sus espaldas menciona: oportunidad, eso lo único que pedía antes de que te comprometieras,
ahora me conformó con ser tú amigo,
tú quieres distraerte ahora confórmate con mirar arriba
y trata de encontrar los fuegos verdes que él no te sabe dar...